“Si escucháis música os convertiréis en monos y cerdos”: el imán que asusta a niños en Francia
El imán Rachid Abou Houdeyfa dijo a niños en la mezquita de Brest que si escuchaban música acabarían transformados en monos y cerdos o tragados por la tierra.
En el 2015, en la mezquita de Brest, en Francia, el imán Rachid Abou Houdeyfa protagonizó un vídeo que todavía hoy genera polémica: sentado frente a un grupo de niños y adolescentes, les advertía que, según el profeta Mahoma, aquellos que escucharan música o tocaran instrumentos serían castigados por Dios. Los castigos de Allah son terribles: ser “engullidos por la tierra” en terremotos o hundimientos o bien siendo “transformados en simios y cerdos”. La escena, grabada y difundida en YouTube, muestra al imán hablando con solemnidad e insistiendo en que no era él quien lo decía: “Cuando el profeta habla no lo hace por pasión, es una revelación, y él no miente.”
En aquella sesión de formación religiosa para jóvenes, Houdeyfa exponía lo que él llamaba “señales del fin de los tiempos”: personas que beberían alcohol con nombres engañosos, mujeres que cantarían y, sobre todo, musulmanes que se entregarían a la música. Su conclusión era clara e implacable: quien amase la música debía aceptar también las consecuencias que ésta comportaba, y eso quería decir asumir el riesgo de ser convertido en un animal o tragado por la tierra en un terremoto. Ante los niños, les interpelaba directamente con preguntas retóricas: “¿Quién querría ser transformado en cerdo o en mono?”, buscando que fueran ellos mismos quienes respondieran que no. Los niños, sorprendidos y en silencio, mostraban más incredulidad que convicción. Incluso, cuando pregunta “¿alguien ama la música?” hay niños que levantan la mano.
Indignación de padres, de la sociedad…y apoyo de musulmanes
Los primeros en reaccionar fueron padres que llevaban a sus hijos a la mezquita. Pensaban que asistían a una lección normal de religión, pero al ver cómo el imán amenazaba a sus hijos con terremotos y transformaciones en animales, muchos quedaron profundamente indignados. La sensación de que los niños eran sometidos a un mensaje basado en el miedo rompió la confianza de algunas familias.
La polémica no se quedó en la comunidad: cuando el vídeo se difundió en la prensa y las redes sociales, el escándalo sacudió a toda la sociedad francesa. Medios, políticos y asociaciones laicas denunciaron que se trataba de un caso flagrante de adoctrinamiento infantil extremista. Las autoridades abrieron investigaciones y pusieron al imán bajo vigilancia.
Sin embargo, el imán también recibió apoyo de una parte de musulmanes que comparten su visión rigorista. Algunos defendieron que sólo transmitía palabras del profeta y que su intención era proteger a los jóvenes de prácticas consideradas prohibidas. Esta división puso de manifiesto el debate interno en el islam sobre la música: mientras unos la condenan como haram, otros la reivindican como expresión cultural y espiritual legítima.
El debate sigue vivo: ¿Música sí o no?
Diez años después de ese vídeo polémico en la mezquita de Brest, el debate sigue vivo. En la última Fiesta de la Música varios grupos salafistas lanzaron una campaña para boicotear el evento con el mismo argumento que utilizaba Rachid Abou Houdeyfa en 2015: que la música es un pecado, la “voz de Satanás”, y que los musulmanes no pueden participar.
En Francia, un país con una fuerte tradición laica y culturalmente ligado a la música, estos discursos resultan especialmente problemáticos. Cuando el discurso contra la música se hace viral en las redes se transforma en campañas públicas de boicot, como en 2025. El resultado es que se crea una barrera entre los jóvenes musulmanes y la sociedad en la que viven.
¿Quién es Rachid Abou Houdeyfa?
Nacido en Brest y formado en estudios religiosos islámicos, Rachid Abou Houdeyfa se dio a conocer a través de su mezquita y, sobre todo, de los vídeos que colgaba en Internet. Con un estilo directo y muy duro, ganó popularidad entre algunos jóvenes musulmanes de Francia. Sin embargo, su fama se vio acompañada de controversia.
En repetidas ocasiones, se le ha reprochado un discurso literalista y rigorista, alejado de la tradición musulmana moderada que se defiende en Francia. El vídeo sobre la música y los castigos sobrenaturales es el ejemplo más conocido y polémico.
El caso de Abou Houdeyfa abrió un debate más amplio sobre la libertad religiosa y los límites del discurso. ¿Hasta qué punto un predicador puede transmitir una interpretación tan extrema a menores?
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