La quema viva porque "quería vivir como una francesa"
Él quería una esposa sumisa y obediente como en Argelia. La chica argelina fue a Francia para ser libre.
Chahinez Daoud tenía sólo 31 años cuando fue asesinada de forma brutal por su exmarido. Pero esa tragedia no empezó el 4 de mayo de 2021. Su infierno había empezado cinco años atrás, cuando conoció a Mounir Boutaa en Argelia. El hombre era argelino con nacionalidad francesa y acudió unos días a su país. Se conocieron y fue para ella la oportunidad de vivir una vida libre.
Aceptó ir a Francia con él. Quería ofrecer a sus hijos un futuro mejor. Pero una vez instalada en el Estado francés, esa promesa se convirtió en un círculo de control y violencia. Según explicó una fuente policial a Le Figaro, Mounir no aceptaba que ella quisiera vivir como una mujer francesa. Quería imponerle un modelo de sumisión total, tal y como él entendía el papel de la mujer en su visión patriarcal y autoritaria.
Quería vestir vaqueros
Chahinez quería vestir como cualquier otra mujer del país: vaqueros, camiseta, zapatos deportivos. Quería trabajar, salir, ser independiente. Pero él la controlaba obsesivamente: no la dejaba salir sola, le revisaba el teléfono, le prohibía trabajar, e incluso la amenazó con destruir los papeles legales de su hijo mayor, a fin de tenerla sometida.
La relación se deterioró rápidamente, y con ella, el estado emocional y físico de Chahinez. Las amigas empezaron a ver señales evidentes de malos tratos: azules, golpes, actitudes de miedo. Los vecinos oían gritos. Pero ella, como tantas mujeres atrapadas en una situación de violencia, no explicaba todo. "Era muy discreta. Sólo decía que era complicado", recordaría una joven amiga suya.
Denuncias e inacción del estado
En 2020, Chahinez no se calló. No aguantó en silencio. Luchó. Denunció a su marido por “querer a una mujer argelina como Argelia”. Y lo hizo sabiendo el riesgo que corría. Pero el sistema falló estrepitosamente.
Para primera denuncia llegó después de una agresión grave: Mounir había intentado estrangularla. El caso llegó a los tribunales, y él fue condenado a nueve meses de prisión. Pero la sentencia no supuso ninguna ruptura real del vínculo de peligro: ni protección reforzada, ni seguimiento sistemático, ni medidas de control efectivas.
Sólo dos meses antes de su asesinato, Chahinez volvió a denunciarle. Esta vez, Mounir la agredió en la calle, la forzó a entrar en su vehículo y volvió a amenazarla. Chahinez lo contó todo en la comisaría de Mérignac. Pero el destino le tenía preparada una nueva humillación: el policía que le atendió había sido él mismo condenado por violencia machista.
La respuesta institucional fue tan negligente que cinco agentes fueron posteriormente sancionados. De hecho, Según France 3 Nouvelle-Aquitaine, la familia de Chahinez ha denunciado al Estado por "falta grave" en su responsabilidad de protegerla.
Cadena perpetua
Ahora la justicia ha dictado sentencia. El viernes 28 de marzo de 2025, el Tribunal de Asisas de la Gironda condenó Mounir Boutaa a cadena perpetua con un mínimo de cumplimiento de 22 años. Se le declaró culpable de asesinato con premeditación. La decisión llega después de un juicio tenso, cargado de emoción y rabia contenida, celebrado en Burdeos.
El tribunal también escuchó el relato estremecedor de los hechos: la mañana del 4 de mayo de 2021, Boutaa pasó horas escondido en una furgoneta delante de casa de su ex pareja. Cuando Chahinez salió, él le va disparar dos veces en las piernas. Herida y tendida en el suelo, la va rociar con líquido inflamable y la quemó viva. Un vecino intentó intervenir, pero Mounir le apuntó con un arma. Luego sacó al hijo mayor de la víctima de su casa e incendió la vivienda.
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