El 82% de la población de Marruecos rechaza la homosexualidad
Marruecos es el tercer país africano que menos tolera la homosexualidad: el 82% se declara homófobo. Sólo son más intolerantes Uganda y Senegal.
Según el índice de tolerancia publicado por Afrobarometer el 10 de mayo, el 82% de los marroquíes rechazan la homosexualidad. Nuestro país vecino ocupa la posición 31 de 33 en el ranking africano de tolerancia a la homosexualidad. Sólo le superan en intolerancia LGTBI Senegal y Uganda.
Este rechazo social está amparado por un marco legal claramente represivo. El artículo 489 del Código Penal marroquí castiga las “actas impúdicas con una persona del mismo sexo” con penas de prisión de seis meses a tres años, así como multas. Esta ley, todavía vigente, no sólo legitima la persecución judicial de las personas LGBTQ+, sino que también envía un contundente mensaje de reprobación institucional. Casos de detenciones, humillaciones públicas y juicios mediatizados son recurrentes y contribuyen a mantener un clima de miedo e invisibilidad.
Aunque en ciudades turísticas existe una cierta tolerancia tácita hacia visitantes LGBTQ+, ésta permisividad no se extiende a la población local, que puede sufrir acoso, acoso o extorsión.
Los datos de la homofobia en Marruecos
Los informes de Afrobarometer a partir de encuestas ofrecen una imagen clara de la percepción social sobre la homosexualidad en Marruecos. Las cifras son contundentes y confirman que el rechazo es ampliamente mayoritario, con poquísimas rendijas de tolerancia. Los datos más destacados son:
- El 82% de los marroquíes rechazan la homosexualidad.
- Sólo el 2,5% de la población afirma aceptar la homosexualidad.
- Sólo el 7% de los marroquíes aceptarían tener a una persona homosexual como vecino.
- El 91% declara no querer vivir junto a una persona homosexual.
Estos datos muestran un incremento en la intolerancia social en el colectivo LGBTQ+ en Marruecos. Esto contrasta con una ligera mejora de la tolerancia hacia otros colectivos (por ejemplo, personas de otras religiones o grupos étnicos).
Islam oficial y conservadurismo social
El islam malekita, oficial en el reino de Marruecos, condena explícitamente la homosexualidad. El relato coránico del pueblo de Lot es utilizado como justificación doctrinal, y esta lectura se impone a través de las escuelas, las mezquitas y los medios de comunicación.
Este marco religioso refuerza la represión legal y blinda la moral tradicional, especialmente en áreas rurales y entornos familiares. Pese a la represión, existen voces críticas dentro y fuera del país. El escritor Abdellah Taïa, residente en Francia, ha denunciado abiertamente la situación del colectivo LGBTQ+ marroquí. La asociación Kifkif, con sede en Madrid, apoya a exiliados y refugiados sexuales de Marruecos.
Dentro de Marruecos, estas iniciativas son prácticamente invisibles o perseguidas. Muchos activistas optan por el anonimato o el exilio para protegerse
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