Los castigos por no cumplir el Ramadán: código penal y control social
Multas, prisión y castigos físicos se combinan con una fuerte vigilancia social para garantizar el cumplimiento del Ramadán
El Ramadán es uno de los cinco pilares del islam e implica una abstinencia rigurosa de comer, beber, fumar y tener relaciones sexuales durante las horas diurnas.
Las consecuencias de no cumplir ese precepto varían significativamente según el país, con sanciones que van desde la desaprobación social hasta castigos físicos severos. La aplicación de sanciones legales demuestra cómo la religión y la legislación se confunden.
Estados como Turquía, Indonesia y Túnez tienen gobiernos seculares, pero la religión juega un papel importante en la sociedad. Aunque no existen leyes nacionales que penalicen el incumplimiento del ayuno, en algunas regiones o comunidades locales pueden existir normas no oficiales o presiones sociales que incentiven el cumplimiento del Ramadán
En cambio, naciones como Arabia Saudí, Irán, Agfanistán o Sudán, la sharia (ley islámica) es la base del sistema legal. En estos países, incumplir el ayuno del Ramadán en público se considera una ofensa grave y puede acarrear sanciones severas.
La presión legal para seguir el Ramadán
En muchos países, la aplicación de las leyes es discrecional y puede variar según la región o la interpretación de las autoridades locales. Esto provoca una incertidumbre sobre las consecuencias de incumplir el ayuno en público.
Jordania: Comer, beber o fumar en público durante las horas de ayuno puede comportar una multa de 50 almuerzos jordanos (aproximadamente 65 euros) y hasta un mes de cárcel. Las autoridades realizan controles, especialmente en ciudades como Ammán, y los establecimientos comerciales que sirven comida durante el día pueden ser sancionados u obligados a cerrarlos.
Bahrein: La infracción del ayuno en público se considera un delito, con penas de prisión cuya duración depende del criterio del juez.
Túnez: En Túnez, no existe una ley específica que obligue a los ciudadanos a observar el ayuno durante el mes de Ramadán ni que prohíba comer en público durante este período.
Sin embargo, las autoridades han aplicado el artículo 226 del Código Penal, que sanciona los actos considerados "indecencia pública", por castigar a aquellos que comen, beben o fuman en público durante las horas de ayuno del Ramadán. Los castigos van desde multas hasta penas de cárcel.
Marruecos: En Marruecos, el artículo 222 del Código Penal establece castigos por “cualquier persona notoriamente conocida por su pertenencia al islam que rompa ostensiblemente el ayuno en un lugar público durante el Ramadán”. Las sanciones pueden ser prisión de entre uno y seis meses, además de una multa.
Tanto la "notoriedad" como la "ostentación" son conceptos subjetivos y quedan a criterio de la policía y del juez.
Yran: Las autoridades iraníes imponen sanciones severas a aquellos que rompen el ayuno en público. Las penas pueden variar desde una simple amonestación en comisaría, multas, unos días de cárcel y, en los casos más severos, flagelaciones. Sin embargo, la sociedad iraní es relativamente tolerante, y es común ver a personas bebiendo agua discretamente durante el día.
Pakistán: Según la Ley de Respeto por el Ramadán introducida en 1981, comer, beber o fumar en público durante las horas de ayuno puede resultar en una pena de prisión de entre uno y tres meses. Además, los establecimientos que sirven comida en el día pueden ser sancionados.
Brunei: Las sanciones por romper el ayuno en público incluyen multas de hasta 4.000 dólares de Brunei (aproximadamente 2.700 euros) y hasta un año de cárcel.
Malasia: Las leyes islámicas estatales establecen multas y posibles penas de prisión de hasta seis meses para los musulmanes que no cumplan el ayuno. En caso de reincidencia, la pena de prisión puede duplicarse.
Indonesia: Aunque a nivel estatal no hay castigos por romper el ayuno, la provincia de Aceh, donde rige la sharia o ley islámica, aplica latigazos a los infractores.
El control extremista del Estado Islámico
En territorios controlados por el Estado Islámico, las sanciones por no cumplir el ayuno del Ramadán son extremadamente severas. Los castigos incluyen flagelaciones, colgar a los infractores por los brazos y encerrarlos en jaulas metálicas.
Activismo en contra de las leyes restrictivas
En varios países, activistas y organizaciones de derechos humanos se oponen a las leyes que imponen sanciones por no cumplir el ayuno del Ramadán. Argumentan que estas leyes violan la libertad individual y los derechos humanos básicos.
Sin embargo, en muchos casos, estas voces disidentes enfrentan represión y persecución por parte de las autoridades.
La hipocresía social del Ramadán
Muchas personas que no practican el ayuno en privado se muestran como fieles devotos en público para evitar el rechazo social. Durante el Ramadán es frecuente que algunos locales vendan comida en secreto a musulmanes que no quieren ayunar. Esta doble moral es un reflejo de la gran presión social que existe,
En conclusión, las sanciones por no cumplir el ayuno del Ramadán varían ampliamente según el país, desde la desaprobación social hasta castigos físicos severos. Esta diversidad refleja las distintas interpretaciones de la ley islámica y el grado de control social ejercido en cada sociedad.
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