Las niñas del Raval sometidas al control religioso y familiar

Profesionales del ocio denuncian que a partir de los 12 años no participan de las actividades. El Ayuntamiento se ampara en la libertad religiosa por no hacer nada.

Una calle del Raval


Ayuntamiento de Barcelona

En el barrio del Raval de Barcelona, profesionales del ocio socioeducativo han denunciado una creciente vulneración de los derechos y libertades de niñas y adolescentes. Según informan, a partir de los 12 años, muchas familias las retiran de actividades extraescolares que implican cualquier contacto físico con compañeros masculinos, como darse la mano o formar un círculo.

Esta situación se ha agravado desde la pandemia, con un control familiar más estricto que limita la participación de las niñas en actividades sociales y educativas

Aislamiento social y matrimonios forzados

Este control familiar se traduce a menudo en el aislamiento social de las niñas, especialmente en comunidades religiosas cerradas. Según la Asociación Cultural Educativa y Social Operativa de Mujeres Pakistaníes (Acesop), este aislamiento es un paso previo a los matrimonios forzados, una práctica que ha aumentado de forma alarmante en Europa desde la pandemia.

Las niñas se ven privadas de su infancia y expuestas a riesgos como la violencia doméstica y el abandono escolar, perpetuando un ciclo de pobreza y desigualdad.

El Ayuntamiento no sabe nada

Ante estas denuncias, el Ayuntamiento de Barcelona ha afirmado que ni los Servicios Sociales ni el Departamento de Educación han detectado vulneración alguna de derechos de las niñas en los espacios de ocio socioeducativo del Raval.

Testimonios de profesionales del ocio

Los profesionales del ocio han levantado la voz en X (Twitter). El perfil @Per_Elles expone situaciones que han vivido en el Raval. Por ejemplo, denuncian hechos como:

  • Una chica de 13 años les pide que hablen con su padre para que garantice que no tenga contacto físico con ningún chico durante las actividades.
  • Un padre que castiga a la hija de 15 años todo el verano sin salir y sin móvil porque se fue en bicicleta durante el casal.
  • Si hay piscina, las chicas no se bañan.

Esto y más lo denuncian desde X sin que nadie haga nada porque no tener respeto por las peculiaridades culturales es fascismo.

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